En la Fundación Síndrome de Dravet, siempre estamos atentos a los avances científicos que puedan ofrecer esperanza y soluciones a nuestra comunidad. Hoy queremos compartir con vosotros un estudio reciente liderado por el profesor Franck Kalume, miembro de nuestro Comité Científico, que representa un paso emocionante hacia una nueva estrategia de terapia génica para el síndrome de Dravet. Publicado bajo el título “Interneuron-specific dual-AAV SCN1A gene replacement corrects epileptic phenotypes in mouse models of Dravet syndrome “, este trabajo demuestra cómo una terapia génica innovadora podría corregir la causa subyacente de la enfermedad. A continuación, os explicamos en qué consiste este avance y qué significa para el futuro.
El síndrome de Dravet y el reto del SCN1A
El síndrome de Dravet es una encefalopatía epiléptica y del desarrollo que comienza en el primer año de vida, caracterizada por crisis epilépticas resistentes a los tratamientos, retrasos en el desarrollo, discapacidad intelectual y un riesgo significativo de muerte prematura, a menudo por muerte súbita inesperada en epilepsia (SUDEP). Más del 80% de los pacientes tienen mutaciones en el gen SCN1A, que codifica el canal de sodio NaV1.1, esencial para el funcionamiento de las interneuronas inhibidoras del cerebro. Estas células son clave para mantener el equilibrio entre la excitación y la inhibición en el cerebro, y su disfunción es la raíz de muchos de los síntomas del síndrome.
Hasta ahora, no existe un tratamiento aprobado que corrija directamente esta pérdida de función del SCN1A. Los fármacos disponibles pueden aliviar algunos síntomas, pero no abordan la causa subyacente. Este nuevo estudio propone una solución innovadora: una terapia génica que repone el gen SCN1A específicamente en las interneuronas, utilizando virus adeno-asociados (AAV) como vehículos.
Una estrategia creativa para superar límites
El desafío principal para desarrollar una terapia génica con AAV, el vector viral más utilizado en terapia génica, es que el gen SCN1A es demasiado grande y no entra en un solo virus, ya que el AAV tiene un límite de tamaño de aproximadamente 4.7 kb, mientras que el SCN1A humano mide 6 kb. Los investigadores superaron esta barrera dividiendo el gen en dos partes y utilizando una técnica llamada “split-intein” para unirlas dentro de las células objetivo, reconstruyendo un canal NaV1.1 funcional y completo. Además, emplearon un potenciador específico (DLX2.0) que asegura que el gen se exprese solo en las interneuronas GABAérgicas del telencéfalo, las células más afectadas en el síndrome de Dravet.
Resultados esperanzadores en modelos animales
El equipo probó esta terapia en varios modelos animales con mutaciones en Scn1a, que replican las características del síndrome de Dravet humano. Los resultados son impresionantes:
- Protección contra la muerte prematura: En ratones tratados con la terapia génica dual (ambas mitades del gen), el 100% sobrevivió más allá de los 70 días, e incluso hasta un año en algunos casos, mientras que los ratones no tratados o con tratamientos de control mostraron una mortalidad del 50% o más.
- Reducción de crisis epilépticas: La terapia protegió a los ratones de crisis epilépticas inducidas por calor (similares a las desencadenadas por fiebre en pacientes) y disminuyó significativamente las crisis epilépticas espontáneas, según registros de electrocorticografía.
- Especificidad y seguridad: Cuando el gen se dirigió solo a las interneuronas, no se observaron efectos tóxicos en ratones sanos ni en los tratados. Sin embargo, cuando se usó un promotor no selectivo (hSyn1) que expresó SCN1A en todo tipo de neuronas, hubo toxicidad y menos eficacia, subrayando la importancia de la precisión en el enfoque.
Estos hallazgos se replicaron en dos centros de investigación independientes y con diferentes modelos de ratones, lo que refuerza la solidez de los resultados.
¿Qué significa esto para las familias?
Este estudio es una prueba de concepto: demuestra que dividir en dos y recomponer SCN1A en las interneuronas puede corregir los síntomas principales del síndrome de Dravet en ratones. Aunque aún estamos lejos de un tratamiento humano, este avance abre una puerta hacia el desarrollo de una nueva tecnología de terapia génica para el síndrome de Dravet. Algunos retos pendientes incluyen adaptar esta técnica para el cerebro humano, que es mucho más grande y complejo que el de un ratón, y garantizar una distribución adecuada del virus. También será crucial determinar si esta estrategia podría mejorar otros síntomas, como los déficits cognitivos o los problemas motores, además de las crisis epilépticas.
Un paso hacia el futuro
En la Fundación Síndrome de Dravet, celebramos cada avance que nos acerca a un futuro donde esta enfermedad pueda ser controlada o incluso curada. Este estudio nos llena de optimismo y refuerza la importancia de apoyar la investigación científica. Seguiremos informándoos sobre los progresos en este campo y trabajando incansablemente para mejorar la calidad de vida de las personas con síndrome de Dravet y sus familias.
Si queréis profundizar en los detalles técnicos, el artículo está disponible aquí.
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