Hoy os queremos hablar de un caso clínico publicado recientemente en la revista Epilepsy & Behavior Reports, en el que se ha estado utilizando durante dos años y medio el neurofeedback de baja frecuencia en una paciente con síndrome de Dravet de 8 años.
Pero, ¿qué es el neurofeedback de baja frecuencia o ILF-NFT, por sus siglas en inglés?
El ILF-NFT es un método no invasivo que proporciona retroalimentación sobre los potenciales corticales lentos del cerebro, que están relacionados con el funcionamiento de la red neuronal por defecto.
A través de este sistema, básicamente se trata de enviar al cerebro información sobre su actividad en tiempo real, de manera que este pueda autorregularse y conseguir así un funcionamiento óptimo. Para ello se colocan unos electrodos en el cuero cabelludo en las zonas cerebrales que se quiera trabajar, estos electrodos recogen la actividad del cerebro y se envía la información a través de una pantalla. En la pantalla el sujeto no ve las ondas, sino que según la actividad de las ondas se modifican las características (luminosidad, color, sonido, vibración, etc.) de lo que esté viendo, que puede ser una película, un video, etc. El cerebro tiene por tanto información de su actividad por un lado y de las consecuencias de su actividad (estado subjetivo) por otro.
¿Y qué resultados se han obtenido con este entrenamiento?
Los autores informan que, tras las tres primeras sesiones de entrenamiento, se produjo una notable mejora del sueño. Antes de diciembre de 2019, la niña estaba despierta de dos a cuatro horas por noche cada cinco de cada siete noches semanales. Desde entonces, el sueño se ha mantenido estable y los despertares en las horas nocturnas son ahora tan raros como significativamente más cortos, durmiendo ahora prácticamente de forma constante entre las 19.00 y las 6.00 horas seis de cada siete noches a la semana.
Igualmente, los autores comparten que las crisis epilépticas se estabilizaron hasta el verano de 2021, con crisis cada siete o diez días, las cuales se hicieron además más cortas en duración y menas severas. A fecha de envío del artículo y desde julio de 2021, la niña tuvo únicamente un total de cuatro crisis, estando sin crisis en las últimas 23 semanas. Además, los autores de este estudio comparten que debido a una infección por COVID-19 en enero de 2022 tuvo fiebre alta de 39,5°C sin tener crisis epilépticas.
En cuanto a la escuela, los autores comparten que la niña asiste ahora a una clase especial en una escuela ordinaria y desde el punto de vista cognitivo, evoluciona positivamente, aunque con retraso para su edad. Desde el punto de vista motriz, parece que tiene un buen funcionamiento (por ejemplo, puede saltar en una cama elástica durante 15 minutos sin tener crisis) y muestra una actitud feliz y positiva en su día.
Interesantemente, los autores comparten que cuando no utiliza ILF-NFT durante dos o tres días, la niña puede sentirse mal y mostrar inquietud y dificultad para conciliar el sueño, lo cual desaparece rápidamente tras una sola sesión de ILF-NFT. Por último, los autores informan de que no se han asociado efectos secundarios a la intervención por ILF-NFT.
¿Qué conclusiones se pueden extraer de este caso clínico?
A pesar de las limitaciones de su estudio, como la falta de medidas objetivas, un grupo control o seguimiento a largo plazo, los autores concluyen que este caso demuestra que la intervención de ILF-NFT en una paciente con síndrome de Dravet ha tenido efectos positivos sobre el síndrome, destacando los efectos beneficiosos sobre la reducción en la frecuencia y gravedad de las crisis epilépticas, así como la mejora significativa de la calidad del sueño, incluyendo mejoras en la cognición, el aprendizaje y el funcionamiento motor, lo que lleva a un aumento general de la calidad de vida de la paciente con síndrome de Dravet y su familia.
Por tanto, en base a estos resultados y teniendo en cuenta las limitaciones del estudio, los autores sugieren que se podrían realizar nuevas investigaciones para examinar el efecto de la ILF-NFT en el síndrome de Dravet en contextos clínicos más controlados.
Si quieres leer más sobre este caso clínico, AQUÍ podrás ver el artículo original.
Nosotros, como siempre, estaremos al tanto de todos los avances, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas y familias con síndrome de Dravet.
Un sueño, una meta.