Pues sí, San Valentín, además de ser el patrón de los enamorados, también es el patrón de las personas con epilepsia.
Desde la época de los egipcios, los incas y los aztecas se conocía la epilepsia. En esos tiempos no entendían la enfermedad y pensaban que era acción de los dioses.
Sin embargo, en su tratado “Sobre la enfermedad sagrada”, Hipócrates había intentado eliminar el aura sobrenatural de la enfermedad escribiendo que la epilepsia no tenía un origen ni más ni menos divino que el resto de enfermedades y que por lo tanto se debían buscar sus causas orgánicas.
De cualquier manera, con la expansión del cristianismo y al no haber tratamientos eficaces contra la epilepsia, se continuó con la tradición de pedir a los santos protección contra la epilepsia. Mientras que se conoce ampliamente a Valentín como el patrón de los enamorados y se celebra en todo el mundo el 14 de febrero, muy pocas personas saben, incluidos médicos, que también intentó ayudar y proteger a pacientes con epilepsia en la antigüedad.
De hecho, en muchas de las pinturas y esculturas en las que se le ha representado a lo largo de los siglos, San Valentín aparece con personas que parecen tener un cuadro epiléptico. También, en algunos idiomas se asociaba a San Valentín con la epilepsia. Por ejemplo, en Francia se conocía a la epilepsia como la enfermedad de San Valentín, o “la maladie de Saint Valentin” en francés.
Así que, en este 14 de febrero, después de las flores y los chocolates, recordad que San Valentín no es solo para los enamorados. Hoy, gracias a los avances de la ciencia conocemos la causa de muchas de las epilepsias, tenemos cada vez más medicamentos que funcionan, y organizaciones como nuestra Fundación ayudan a que cada vez más se conozca la epilepsia y las personas que la sufren tengan una mejor calidad de vida.
Feliz día de San Valentín a todas las personas con epilepsia y a aquellos que les quieren.