La Organización Mundial de la Salud ha incluido al síndrome de Dravet en su lista de enfermedades, conocida como Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD, por sus siglas en inglés).
Ha habido revisiones al sistema a lo largo de los años, por lo que cuando se usa el término ICD-10 significa que la lista actualmente en uso es la décima revisión.
Esta lista fue introducida por primera vez en 1948 por la Organización Mundial de la Salud y es un sistema utilizado globalmente para clasificar y codificar enfermedades y una amplia variedad de signos, síntomas, circunstancias sociales y hasta causas externas de enfermedades.
Los códigos para el síndrome de Dravet han sido aprobados y entrarán en vigor en solo unos meses, el próximo 1 de octubre de 2020. A continuación podéis ver los códigos y subcódigos asignados al síndrome de Dravet:
– G40.83 Síndrome de Dravet
Epilepsia polimórfica en la infancia
Epilepsia mioclónica severa en la infancia
– G40.833 Síndrome de Dravet, intratable, con estado epiléptico
– G40.834 Síndrome de Dravet, intratable, sin estado epiléptico
¿Por qué es esto importante?
Hasta ahora no había un código específico para el síndrome, por lo que la enfermedad de los pacientes era clasificada como “G40.8 Otras epilepsias y convulsiones recurrentes”.
Ciertamente y como ya hemos compartido muchas veces, el síndrome de Dravet va mucho más allá que una epilepsia, por lo que este código genérico no define correctamente a esta enfermedad rara.
Por tanto, tener un código específico para el síndrome de Dravet habilitará una mejor descripción de los síntomas y las necesidades de atención médica de un paciente con síndrome de Dravet.
Además, esto es incluso más relevante en algunos países donde se utiliza sistemas de reembolso con seguros privados de salud, ya que se ajustará más a la realidad del síndrome de Dravet.
También, a través de este código específico para el síndrome de Dravet se podrá saber con más exactitud cuántas personas tienen la enfermedad y dónde se encuentran.
En definitiva y aunque no lo parezca, un gran avance para la comunidad para la comunidad de padres y madres que vivimos con el síndrome de Dravet.
Un sueño… una meta.